Board ID: 36323 POEMAS Y POETAS DEL MUNDO: August 2009

Friday, August 28, 2009

VI Festival de poesia de la montaña.

Wednesday, August 26, 2009

UNA MUJER BAILA
(Osvaldo Sauma)

una mujer baila
amparada a la noche
despliega sus brazos
como decir sus alas
desde el centro del aire
hacia las afueras del aire
en diagonal a los espacios de la luz
entre los costados de la sombra
una mujer gira
como un astro
y sobre sí misma
esboza
la ruta del azar y sus conjugaciones
gira
baila
alza un tiempo magnético
como quien alza un pájaro
desde la tierra que lo atrapa
y traza con un carbón encendido
el lenguaje bermejo de las cavernas
baila
y con ello sacude
los miedos de la infancia
que aterrados todavía
nos llaman desde su adentro
una mujer baila
sobre el corazón de la madera
para enardecer
el latido ciego de la vida
baila sobre mis heridas
para recrudecerme
el camino del remordimiento
una mujer baila
sola contra la adversidad
baila sobre el planeta errante
sobre un contratiempo de la memoria
y se fuga en esa fuga de la música
y vuelve sobre sí misma
para revelarnos
un deseo desterrado del Paraíso terrenal

Saturday, August 22, 2009

JARABACOA.

El séptimo festival de poesía en Pinar Quemado Jarabacoa República Dominicana. La poesía no ha muerto un evento inolvidable desde las alturas de una ciudad paradisiaca donde siempre hay primavera. Este año vuelve con vates locales y de otros países, escritores consumados y de trayectoria lirica reconocida… galardonados poetas y aficionados a este fascinante mundo del buen escribir. Citamos entre muchos: a José Rafael Lantigua, José Mármol, Tony Raful Ángela Hernández, Chiqui Vicioso, Federico J Bermúdez, Pedro Antonio Valdez, León Félix Batista, Basilio Belliard, Rosa Silverio, Fernando Cabrera, Rafael García Romero, Rafael Peralta Romero, Abil Peralta Agüero, Mateo Morrison, Rannel Báez, Adrian Javier, Plinio Chahin, Marianela Medrano, como también de Venezuela Miriam Mirelles y de Costa Rica Osvaldo Sauma.

Wednesday, August 19, 2009

Palabras para Julia
José Agustín Goytisolo

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.
Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Tuesday, August 18, 2009

Monday, August 17, 2009

Ausencia de Guarina Rodríguez
Por: Alexis Gómez Rosa
(Dominicano)
Llueve con tristeza sobre las cuatro de la tarde.
Llueve sobre el hueco que debió
ilustrar tu cuerpo de palisandro, inaprensible,
donde terminarán mis manos a horcajadas.
Llueve rápido, ruidoso, con sentimiento de ruinas.
Llueve aquí en mi corazón trapecista,
porque tu credo se mueve al son de otra basílica,
de otras empobrecidas mareas.
Llueve cal, salitre o arena ante tu indefensión
de ultramar, el ferryboat guarda en tus ojos
un arcoiris de gelatina tibia bueno y válido
para el próximo escalofrío.
Llueve, y llueve con mucho feeling, de ahí ahí,
entre los pliegues de tus sábanas acalambradas.
(Las sábanas que guardan las miserias
del último inquilino cara de náufrago).
Llueve muy hondo, con consecuencia modulada,
una minuta del verano en tus muslos, en tus caderas.
Llueve un sarampión de agujas ebrias,
imantadas, paralelo a tu sueño deshecho
en cama de tormenta. Llueve de abajo
hacia arriba hasta cubrir tu nombre,
hasta botarlo. Llueve a cántaros entre los hilos
del contestador telefónico, digo el silencio,
la censura, la telaraña. Llueve con mala fe,
con mala leche. Llueve a intervalos nones
sobre una cadena de ceros tautológicos
en el mar de tu angustia sin fin. Llueve a tono
con tu miedo de lagartija de ojos saltones,
saltarines, sal si puedes. Llueve lujuria, delirio,
frenesí: esto da sexo por todas partes.
Llueve en primera persona, en voz baja,
sin límites ni comentarios marginales. Visto
y comprobado el caso, llueve contra tus senos
meditabundos, huraños y convincentes,
que huyen bajo una blusa de pecados mortales.
Llueve ausencia contra el reloj
de arterias imperfectas.
Llueve con prosapia de Caribe aborígen.

Wednesday, August 5, 2009

Sunday, August 2, 2009

NO SE ME IMPORTA UN PITO...
Oliverio Girondo

No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

(Dedicado al hermano Gustavo Cavicchia
por quien conoci a Girondo)